Nuestra granja es una explotación real y activa, hoy en pleno funcionamiento,
una escuela, la de voltear camas, la de sacudir colchones,
como hacían nuestras abuelas,
para que de ellos caigan, al fin a la vista de todos estos doctos héroes,
y tratar de convertir a los niños que nos visiten en pequeños Homeros
capaces de contar todas y cada una de sus hazañas,
épicas de frío y calor, de manos fuertes y ásperas que arañaron todos los caminos.
épicas de frío y calor, de manos fuertes y ásperas que arañaron todos los caminos.