Firme, bajo nuestros pies, cierta y segura,
crece la vida, respira la historia,
se siente, se escucha la magia que todo lo aúna,
de la que todo se crea.
A veces, casi sin querer, su música se deja oír
y de ella brotan historias de lugares mágicos,
templos-teatros y sendas con marcas de eternidad que no podemos dejar de seguir.
Silencio. ¿La oís? El viaje comienza…

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